lunes, 15 de septiembre de 2008

Kandinsky "De lo espiritual en el arte"

El texto de Kandinsky "De lo espiritual en el arte", nos habla de la profundidad del arte, como lo dice el título. Muestra la relación que existe entre la pintura y la música y cómo estas dos llegan a una abstracción por medio de la forma y el color. Dice que la forma es la representación del objeto o la delimitación puramente abstracta de un espacio y que el color no se puede extender ilimitadamente.

Lo que busca Kandinsky en este texto es mostrar como por medio de las artes y no sólo de lo que podemos ver a simple vista de la pintura o de lo que podemos oír en la música es lo que ellas nos quieren reflejar; éstas nos insitan a que las estudiemos y las observemos de una manera más profunda, algo que no es tan complejo, pero necesita de tiempo y espacio para entenderse.
Cuando hablamos de forma creemos que es sólo lo que delimita a un objeto, pero no, toda forma tiene un contenido interno y este contenido tiene contacto con el alma humana, es decir que la forma depende mucho de los sentidos del artista, del contacto que este tenga con el lienzo y de como sus ojos, sus manos, etc, decidan adecuar la pintura.

Lo mismo ocurre en la música; alma igual color, tecla igual forma. La forma no es nada sin el contenido que lleve en sí misma y este nace de una necesidad interior de cada ser humano. Así como cada palabra pronunciada provoca una vibración interior, todo objeto representado en imagen provoca una vibración interior.
Esta necesidad interior nace de tres causas místicas:
1. Todo artista expresa lo que le es propio.
2. Todo artista según su época, expresa lo que es propio de ésta.
3. Todo artista como servidor del arte, debe expresar lo que es propio de ésta.

Por otro lado lo espiritual se ve reflejado por medio de los colores. Se dice que la tendencia de un color a lo frío o cálido tiene una importancia interior muy relevante, ya que se da el movimiento de acercamiento o alejamiento del espectador.
Por ejemplo, el verde es un color activo y dinámico, este es un color puramente espiritual, a diferencia del amarillo que es un color muy terrestre y carece de profundidad.
Kandinsky pasa por cada uno de los colores más conocidos, haciendo mezclas y descifrando cada uno de ellos; haciendo referencia a sus posibles sonidos y los sentimientos que estos despiertan en las personas.

Como conclusión se puede decir que lo que busca este texto es que entendamos que no sólo lo que expresamos o percibimos a simple vista es lo que nos quieren mostrar las cosas. Las acciones escondidas que todos ignoran, los pensamientos inarticulados, los sentimientos no expresados también hacen parte de ese mundo, de esa atmósfera espiritual en la que el arte nos sumerge y nos ayuda a comprender muchas de las cosas que están en el mundo y para que están.
Estamos acostumbrados a vivir en armonía y contraste, que más que externo es interno y excluye todo apoyo.

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